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El domingo tres de diciembre anduvimos por tierras de Fuentes de León, en el límite de provincia con Huelva. A la ruta le dan nombre los restos de un antiguo Castillo de origen Árabe y sus cuevas.
En primer lugar visitamos el Centro de Interpretación de la Naturaleza situado en dicha localidad, donde se nos informó sobre la fauna y flora de la zona así como de sus cuevas declaradas Monumento Natural de Extremadura en el 2001, e incluso se nos facilitó un pequeño folleto informativo sobre la ruta que íbamos a realizar.
Dejamos parte de los coches junto a la plaza de toros, a una altura próxima a los 750 metros, y comenzamos a subir por una calle que nos condujo al camino La Avellaneda, vía en bastantes buenas condiciones para caminar, pero con los efectos propios de las lluvias que estamos disfrutando este bonancible otoño. Nos introducimos rápidamente en un paisaje de montaña con abundancia de encinas y alcornoques de un gran porte y con una espesa capa de musgo sobre sus viejos troncos. En muchas ocasiones grupos de estos vetustos y multiformes árboles se entrecruzan y dificultan el paso de la luz hacia el manto verde de hierba uniforme que crece bajo sus hojas, dando la apariencia en algunos trayectos de una suave y esponjosa alfombra natural.
La mañana amaneció con niebla, aunque queda todavía alguna bruma y el sol no tiene nitidez, sin embargo ya podemos ver a lo lejos tanto a un lado como a otro las montañas que nos rodean y en lo cercano la lucha que mantiene los rayos del sol por vencer la resistencia de la niebla formando una cortina de luz y sombra. También podemos ver ganado porcino y vacuno que pasta tranquilamente en esta deslumbrante y frondosa dehesa, aunque sufre a nuestro paso algún que otro sobresalto. Continuamos por el camino del Castillo, según reza en el mapa topográfico del año 1955, tenemos pequeñas subidas y pronunciadas bajadas, hasta llegar a dos puentes, el primero el puente del Rombo que, creo, salva la Rivera Montemayor y el segundo, el Puente del Castillo que está sobre el arroyo de la Sierpe, el cual va a morir en la rivera anterior. Aquí podemos comprobar fehacientemente las tremendas crecidas que han debido llevar ambos riachuelos con las últimas lluvias. Este es el punto más bajo, 525 metros aproximadamente, antes de comenzar a subir el abrupto y pendiente camino del Castillo. En los pequeños descansos es conveniente mirar hacia atrás para observar un poco el paisaje de las sierras colindantes y de las laderas que forman los arroyos.
A medio camino de la subida al castillo nos encontramos la Fuente del Caballo, sitio muy apropiado para contemplar, beber y repostar algo de comida. A partir de aquí el camino se hace más estrecho hasta llevarnos próximos a los restos del castillo. Es necesario subir una pared y adentrarse por una cerca para llegar hasta las ruinas del castillo (730 metros), el cual sólo mantiene firme uno de sus torreones. Desde aquí podemos gozar placentera y tranquilamente de unas vistas maravillosas, podemos ver Tentudía, el valle que forman las riveras Montemayor y Santa Cruz, la Sierra de la Martela, la Sierra del Puerto, la Sierra de Aracena y Aracena, el cual es el único pueblo que podemos ver. En este punto pudimos observar una veintena de buitres que también merodeaban por estos parajes.
La bajada se realiza por un camino denominado Paso de las cabras, que tiene una muy fuerte pendiente, Este finaliza en el Camino el Rincón, situado a 500 metros de altitud aproximadamente. Es una vía bastante ancha, un poco monótona y por la que suelen pasar también bastantes vehículos. Aquí podemos ver también olivos mezclados con las encinas y alcornoques, pero estos dos últimos son los que más proliferan. Finalmente llegamos al Centro de Recepción de las Cuevas de Fuentes de León, donde sus trabajadores Rocío Montero, María Luisa Giles y Eulogio Oyola nos guiaron, explicaron y mostraron algunas de las cuevas que es posible visitar y que aún siguen en estudio.
Tras esta relajante y gratificante visita reanudamos la ruta con prisa porque se nos había hecho demasiado tarde. El camino de Rincón transcurre en su primera parte junto a la rivera de Santa Cruz y presenta un terreno bastante accidentado con continuas subidas, algunas bastante pronunciadas y una de ellas se encuentra encementada. Hay abundancia de ganado sobre todo porcino por las dehesas que lo circundan. Este camino finaliza en la carretera que comunica Fuentes de León con Cañaveral de León. En este punto habíamos dejado algunos coches para evitar el trayecto de asfalto hasta llegar otra vez al pueblo y dar por finalizada la ruta.
De acuerdo con la información que se nos facilitó en el Centro de Interpretación y el folleto que se nos entregó, la ruta tiene una duración aproximada de 5 horas, una distancia de 17 Km. (quizás llegue a 19 ó 20 desde la plaza de toros) y presenta una dificultad Media aconsejando tres descansos, sin embargo creo que el lugar da pie a realizar bastantes paradas porque lo que se puede observar lo merece. Es curioso que estos caminos no se divisa prácticamente ningún pueblo todos están ocultos por la orografía, sólo se puede ver muy lejana a Aracena.
Finalmente tenemos que expresar nuestro agradecimiento a los trabajadores del Centro de Interpretación, Eulogio, Rocío y Mª Luisa por su amabilidad, su atención y su dedicación para con nosotros antes, cuando nos pusimos en contacto con ellos vía telefónica (924724174), y durante la realización de la ruta informando, facilitando su vehículo por si teníamos alguna necesidad así como mostrándonos las grutas y permaneciendo pendientes siempre por si necesitábamos algo.